La fuente de esta noticia es: EMOL Durante décadas, la leyenda del monstruo del Lago Ness ha cautivado a muchas personas e incluso ha servido de inspiración para historias de ficción como las películas “Mi mascota es un monstruo” (2007) y “El secreto del Lago Ness” (2008). Pero más allá del misterio que rodea a esta criatura, muchos científicos han dedicado su vida a obtener pruebas concluyentes sobre su existencia.
Se trata de un dispositivo que, según los expertos, fue instalado en la década de 1970 por el profesor Roy Mackal, de la Universidad de Chicago, como parte de una de las muchas expediciones destinadas a capturar imágenes de la supuesta criatura marina.
Mientras tanto, la comunidad científica aún utiliza tecnología avanzada para estudiar el lago. Sam Smith, del grupo de sistemas robóticos autónomos del NOC, destacó que la profundidad del Lago Ness, que alcanza los 230 metros, es un entorno ideal para probar equipamiento submarino antes de desplegarlo en océanos más profundos.
“El océano cubre el 70% de la superficie de la Tierra, pero aún hay mucho que no sabemos sobre él, la vida que hay en él, cómo ambos interactúan con nuestra atmósfera y cómo el cambio climático impactará esas relaciones”, explicó Smith.
“Por eso, el trabajo que realizamos aquí, desarrollando la tecnología que nos ayuda a comprender mejor el océano, es crucial”, agregó.
Así que, quién sabe, quizás sea una de estas naves en el subsuelo marino la que ponga fin al misterio sobre el famoso monstruo del Lago Ness.