La fuente de esta noticia es: EMOL Su historia difuminaba las tensiones raciales en un país polarizado y destacaba el potencial del deporte para cambiar las vidas. “Un sueño posible” se convirtió en 2009 en una película exitosa que consiguió que su protagonista, Sandra Bullock, ganara un Oscar por su actuación. Bullock interpretaba a Leigh Anne Tuohy, una mujer que había dado la bienvenida a su familia a Michael Oher, un adolescente negro cerca de convertirse en un sin techo que gracias a sus descomunales dimensiones se convirtió en un tackle ofensivo de la NFL.
Parte de la gran recepción que tuvo la película, que recaudó 300 millones de dólares tan solo en los Estados Unidos, se debió a que contaba una historia basada en hechos reales. Sin embargo, uno de sus protagonistas de carne y hueso reveló que se trató de una mentira. Fue todo un engaño que lo perjudicó, una acusación que proyectó una gran nube sobre una de las películas optimistas que Hollywood adora contar.
La familia Tuohy era representada por la poderosa Creative Artists Agency, una agencia administradora de talento para el mundo del entretenimiento Hollywood, mientras Oher tenía como representante a Debra Branan, una amiga de la familia, quien fue la que registró ante la corte el acuerdo de tutela de 2004. La cercanía entre Tuohy y Oher se fue rompiendo desde hace varios años. La adaptación de su vida a la gran pantalla tuvo mucho que ver, pues al jugador nunca le pareció bien que fuera mostrado por los productores como poco inteligente. “No es fan de la película”, dijo en 2015 uno de los compañeros de Oher en los Carolina Panthers, uno de los equipos para los que jugó.