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El Parlamento Europeo aprobó esta jornada el proyecto de ley que pone fin a la venta de vehículos nuevos con motor a gasolina y diésel a partir de 2035, medida acordada en el bloque como parte de las acciones dispuestas para detener el calentamiento global estipuladas en el Acuerdo de París.
En ese mismo contexto, la Comisión Europea (CE), con sede en Bruselas, propuso oficialmente un cronograma para avanzar en la eliminación de camiones y vehículos pesados contaminantes mediante una reducción escalonada de sus emisiones para llegar a 2040 con un 90% menos en comparación a los niveles alcanzados en 2019.
En esa línea, la senda de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero propuesta por la CE establece rebajar un 45% los niveles para 2030 en camiones y autobuses de larga distancia, esfuerzo que deberá aumentar hasta el 65% en 2035 para llegar al 90 % en 2040.
Ese umbral, que aún tendrá que negociarse con los Estados miembros del consejo y con el Parlamento Europeo, supone que los fabricantes tendrán que alcanzar los objetivos de media sobre el conjunto de su flota.
La propuesta se completa con el objetivo de que todos los autobuses interurbanos comercializados en la UE a partir de 2030 sean de cero emisiones, pero no los que dan servicio a zonas rurales, que tendrán el mismo tratamiento que los camiones.
“Es ambicioso, pero es absolutamente posible”, declaró en conferencia de prensa el vicepresidente ejecutivo de la Comisión Europea para el Pacto Verde, Frans Timmermans.