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El rapero iraní Toomaj Salehi, detenido a fines de octubre por manifestar su apoyo a las protestas contra el gobierno, podría ser condenado a muerte, confirmó la autoridad judicial de ese país.
Los familiares del joven denunciaron que el juicio comenzó el sábado pasado a puerta cerrada y sin ninguna representación legal. Según ellos, el músico está acusado de ser un “enemigo de Dios” y de “corrupción en la tierra”, delitos punibles con la pena capital en Irán.
“El proceso todavía no ha tenido lugar, pero el acta de acusación contra Toomaj Salehi fue redactada y enviada” a los tribunales de Isfahán, declaró Assadollah Jafari, jefe de la autoridad judicial de la provincia epónima, citado por la agencia Mizan Online.
Agregó que “está acusado de corrupción en la tierra por propagar mentiras en internet y propaganda contra el sistema, y por haber constituido y dirigido grupos ilegales con el objetivo de perturbar la seguridad cooperando con un gobierno hostil a Irán, y de haber incitado a cometer actos violentos”.
El pasado 2 de noviembre, la agencia de noticias oficial Irna publicó un video en el que Salehi llevaba los ojos vendados y decía haber “cometido un error”. “Confesiones forzadas”, denunciaron inmediatamente activistas por los derechos humanos.
Poco antes de su arresto, el rapero había dado una entrevista muy crítica con el régimen a la cadena canadiense CBC. “Se trata de una mafia dispuesta a matar a toda la nación (…) para conservar su poder, su dinero y sus armas”, denunció.
Irán es escenario de un movimiento de protesta desencadenado el 16 de septiembre por el deceso de Mahsa Amini, una joven kurda iraní de 22 años que murió tras ser detenida por la policía de la moral en Teherán.
La justicia iraní ya ha dictado seis sentencias de muerte desde el comienzo de las manifestaciones.