La fuente de esta noticia es: EMOL Como cuando se reinicia un computador, la publicación hace 30 años del disco Nevermind de Nirvana cambió la historia del rock y dio forma a un desencanto posadolescente que llega hasta nuestros días, de la mano de artistas como Billie Eilish.
Pero como confiesa el antiguo baterista del grupo, Dave Grohl, líder hoy en día de Foo Fighters, es sobre todo Billie Eilish quien simboliza con más claridad la herencia de Nirvana.
“Mis hijas están obsesionadas con Billie Eilish. Su conexión con el público es la misma que Nirvana en 1991“, cuenta Grohl. Para él, la cantante de solo 19 años habla para las mismas personas: todos aquellos que no se sienten cómodos en una sociedad demasiado codificada.
“Grohl tiene razón, Eilish no es conformista, no se deja encasillar”, explica Blum, un paralelismo que se refleja también en el segundo álbum de la joven artista, publicado este verano con el irónico título de “Happier Than Ever” (“Más feliz que nunca”), donde aborda el peso del éxito y de la fama, unos temas que atraviesan In Utero de Nirvana, el disco posterior al éxito de Nevermind.