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De cultura sabia y saludable, los japoneses se destacan por su óptima salud. Además, una característica de la fisonomía de las personas de ese es que en su mayoría conservan una figura delgada.
Según datos del Ministerio de Salud y Nutrición, Japón es uno de los países del mundo con menor índice de obesidad, con solo 3,5%, en comparación con otros como Alemania, Francia e Italia que tienen entre 21% y 22%, Reino Unido 26% y Estados Unidos, 33,6%.
La pregunta es si se trata de genética o de hábitos adquiridos. Todo parece indicar que las tradiciones y la cultura del país, así como las leyes aprobadas para combatir el sobrepeso, han ayudado en gran medida a que sus ciudadanos mantengan un buen estado físico.
Sin embargo –según destaca Hashimoto– desde pequeños se les inculca el ejercicio físico con unas competencias de deporte llamadas “undokai” y el “taiso” –ejercicios suaves y distendidos que buscan mayor amplitud en el movimiento–, que se realizan todas las mañanas en las escuelas y en los lugares de trabajo. “También utilizan mucho la bicicleta como transporte, en particular las madres para hacer compras o para llevar a sus hijos a la escuela. En general, no son fanáticos de los gimnasios”, destaca Hashimoto.
4. La macrobiótica: El filósofo japonés George Ohsawa creó la macrobiótica, una filosofía de vida basada en la dieta, el ejercicio, la meditación y la energía del yin y el yang. Ésta se basa en comer y vivir en armonía y buscar el equilibrio del cuerpo.
Para poder cumplir con esto, la comida que se consume –preferiblemente productos orgánicos y de temporada– debe seguir una aplicación biológica y fisiológica del principio del Yin y el Yang, según el cual todo está equilibrado por estas dos fuerzas, respetando, en cada caso, una proporción determinada. Ésta es cereales integrales, como el arroz integral, la avena, la cebada, el trigo sarraceno o la quínoa (entre el 40% y el 60%), frutas y verduras (entre el 20% y el 30%) y productos animales y derivados (entre el 10% y el 25%).
5. Baños calientes: Esta actividad ayuda al cuerpo a quemar calorías y aumenta la tasa metabólica, según un estudio publicado en 2017. “Estos baños de inmersión se llaman ‘furo’ y sí, es la forma más común de higienizarse en Japón. No se hace con ninguna finalidad específica, pero hacerlo otorga, adicionalmente, todos los beneficios que se conocen, desde el relax, la hidratación de la piel y la desintoxicación“, comenta Hashimoto.
De todas formas, comenta que si bien es común que los japoneses estén saludables a través de estos hábitos mencionados, no lo hacen para mantenerse en forma. “Para mí, tiene mucho que ver con la herencia genética y el nivel de vida que nos permite alimentarnos sanamente y disfrutar de las bondades de los alimentos y platos de estación que son más nutritivos y deliciosos“, concluye.