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El estudio Warner Bros. está preparando una nueva versión del clásico “Wizard of Oz” (“El Mago de Oz”), que dirigirá Kenya Barris, el creador de la serie “Black-ish”.
Según informa la prensa de Hollywood, la semana pasada Barris cerró un acuerdo, el que también establece que escribirá el guión de esta la película, que “reimaginará” el musical, inmortalizado en la historia del cine con la famosa cinta de 1939 protagonizada por Judy Garland.
Por el momento, se desconocen los detalles de la adaptación, más allá de que tomará como referencia el libro homónimo de Frank Baum, una novela publicada en el año 1900 que ha dado pie a multitud de representaciones en la gran pantalla, en televisión y teatros del mundo.
Los estudios de Hollywood llevan un tiempo intentando renovar la clásica historia con proyectos que, en la mayoría de ocasiones, han terminado descartados.
De hecho, Warner Bros está también preparando otra adaptación, supervisada por la unidad de producción New Line, en la que la productora de “Watchmen”, Nicole Kassell, ejercerá de directora.
De acuerdo con la revista Variety, ese proyecto sigue en marcha y se está desarrollando de manera paralela al nuevo, pues el de Barris se basará en la historia original y el de Kassell dará un giro “fresco” a la historia de la protagonista, Dorothy.
“Wizard of Oz” es uno de los libros infantiles más reproducidos del mundo. Se han estrenado más de cinco películas con su título, otro puñado de cintas inspiradas en su trama, obras de teatro –como el musical dirigido por Andrew Lloyd Webber– e, incluso, videojuegos.
Aunque la adaptación más celebrada e infuyente es la que Victor Fleming dirigió para Metro-Goldwyn-Mayer en 1939.
Pionera en el uso de technicolor, la cinta recibió seis nominaciones a los Oscar y, con el tiempo, se convirtió en un filme de culto que, según la Librería del Congreso de Estados Unidos, es la película más vista de la historia.
Sus copias se almacenan en el Registro Nacional de Estados Unidos y en el Registro Mundial de la Unesco. Incluso el Museo de la Academia de Hollywood, en Los Angeles, le dedica una sala entera a celebrar el impacto de la película musical.