La crisis social que estalló en el país el 18 de octubre pasado produjo como efecto colateral que una serie de eventos masivos fueran suspendidos, entre otras cosas, por la dificultad de asegurar condiciones mínimas de seguridad para los asistentes. En las semanas que han pasado desde aquella fecha se suspendió la COP25, la final de la Copa Libertadores y se aplazó la Teletón. Además, diversas municipalidades han cancelados sus shows pirotécnicos de fin de año. Quedando cada vez menos para que llegue el verano, esta vez es la organización del Festival Santiago a Mil, que se realiza en enero en la capital y en otras ciudades del país, la que se encuentra evaluando un posible cambio en su programación.
Si bien -hasta ahora- el festival se realizará, no se descarta que los organizadores realicen modificaciones en los horarios de las funciones, incorporen instancias especiales de diálogo con la comunidad para abordar la contingencia nacional, o suspendan algunos eventos con elencos internacionales para dar mayor cabida a los shows nacionales, considerando que el sector se ha visto afectado negativamente por la suspensión de eventos, la cancelación de temporadas y los cierres de teatros. El Festival Santiago a Mil se ha caracterizado por ser un punto de encuentro en la comunidad en torno a las artes escénicas. Cientos de espectáculos -gran parte de ellos gratuitos- como pasacalles, circo, danza, música, cine, artes visuales y teatro, provenientes de más de 20 países del mundo, convergen en espacios públicos, teatros y centros culturales. La versión del año pasado se destacó por el pasacalle de una bailarina gigante, de más de cinco metros de altura y la presencia de grandes exponentes internacionales como Sophie Calle, Tim Robbins, Alessandro Baricco y Dada Masilo, entre otros. El 16 de octubre pasado, dos días antes de que estallara la crisis, la organización anunció que para 2020 se realizarían 100 espectáculos, de los cuales 60 serían internacionales y 40 nacionales. Además en esa instancia se aseguró que el evento contaría con la presencia de 26 países, incluyendo unos muy lejanos como Líbano, Grecia, Burkina Faso, entre otros.
