Nacido el 17 de junio de 1946, en Brooklyn, Nueva York, Barry Manilow se ha destacado por su culto a la canción pop de salón, siguiendo el linaje de los crooners, esas voces que se aferraban al micrófono como si se tratara de la mujer amada. Uno de sus primeros éxitos lo marcó para siempre y le hizo un lugar en la música norteamericana: “Mandy”. Es por esta canción que todos los recuerdan, más allá de las distinciones que recogió en su carrera (premios Grammy, Tony, Emmy, incluso una nominación al Oscar) y de los 50 millones de discos que lleva vendidos.
En sus inicios con la música, Barry se desenvolvió como compositor de jingles publicitarios. Su relación con la música arrancó bien temprano y ya a los 7 años tocaba el piano y el acordeón de un vecino. Cuando egresó del colegio secundario se dirigió al New York College Of Music And Julliard. Además, ya había empezado a trabajar en la CBS, donde repartía el correo interno. Fue ahí donde empezó a desarrollarse. El director de un musical le pidió que arreglara los temas de una obra pero Barry -que contaba tan sólo con 18 años- optó por escribir toda la partitura. ¿El resultado? El musical permaneció 8 años en cartel.
Contrajo matrimonio con Susan Deixler, su novia de la escuela secundaria, y se divorcio en 1966 después de dos años de matrimonio.
Mientras cantaba y componía músicas para comerciales, Manilow seguía desarrollándose dentro de la CBS. Su próxima tarea sería dirigir unos capítulos de una serie de televisión. Hasta que, en 1972, conoce a Bette Midler y se convierte en su pianista, arreglador y director musical. El álbum The Divine M, que le valdría a la Midler su primer Grammy, contaría con la pluma de Barry en la coproducción de los arreglos, lo mismo que el siguiente disco, Bette Midler.
La discográfica Bell le ofrece un contrato para lanzarse como solista, sin embargo, él opta por quedarse en la banda de Bette Midler, quien estaba a punto de iniciar una extensa gira por los Estados Unidos. El show contaría con dos partes y la segunda la abriría Barry, lo que provocaría que el gran público lo empezara a conocer y admirar. En 1974 se lanzó sólo de la mano de una canción propia, “Mandy”: la primera de 25 canciones que, en forma consecutiva, accederían al Top 40 de la revista Billboard.
En 1977, la cadena ABC emite un especial dedicado a Barry que es seguido por 37 millones de televidentes y que le vale un Emmy como Mejor Especial del Año. Entre el 78 y el 80, la cadena televisiva produciría otros tres especiales, lo que consagraría a Manilow como el cantante más popular. El resultado deja su marca indeleble en las bateas, logrando que cinco de sus primeros seis discos se mantuvieran en los primeros puestos de los charts. De esta época es otro de sus grandes hits, “Copacabana (At The Copa)”.
Entre el 81 y el 82, el músico de Brooklyn emprendería un tour record por los Estados Unidos, el cual rompería varias de las marcas que hasta ese momento ostentaban los Rolling Stones. La “manilowmania” desembarcó al poco tiempo en Inglaterra y dejó como resultado una extensa serie de conciertos en el mítico Royal Albert Hall. Los shows desembocan en un disco británico en vivo que alcanza la categoría de triple platino.
En 1984, el músico decide darse un gran gusto y dar un salto de calidad en su trayectoria: registra una serie de canciones de salón de los años 40, 50 y 60 junto a Sarah Vaughan, Gerry Mulligan, Mel Tormé y Shelly Mann. En la segunda mitad de los 80 escribe su autobiografía y, en una extensa gira de dos años por Estados Unidos y Europa, repasa su amplia discografía. Acto seguido, se embarca en una importante compilación de clásicos de Broadway. Al disco lo tituló Showtoppers y en él interpretó temas como “Give my regards to Broadway” y “Miss Saigon”.
En 1987, escribió su autografía Dulce vida: aventuras en el camino al paraíso.
Durante los 90 y la década en curso, Manilow repartió su tiempo entre músicas para películas, piezas teatrales, musicales, discos de reversiones y álbumes de navidad, entre otros tantos proyectos. Su obra más reciente recopila clásicos de los 50, como “Venus” y “Moments to remember”, y tiene su correlato, también en 2006, con un álbum donde interpreta los clásicos de los ´60.
En 1978, se relacionó con el ejecutivo de televisión Garry Kief, quien pronto se convirtió en su manager. Se casaron en 2014.
En 2017, Barry Manilow habló por primera vez de manera pública de su homosexualidad y aseguró en una entrevista a la revista People, que ocultó este hecho durante años porque creía que podría decepcionar a sus seguidores.
Tengo dos álbumes en los que estoy trabajando. Creo que al seguir trabajando, te mantienes joven, o al menos te mantienes vibrante y tu cerebro siempre está fu