El Año Nuevo es la celebración del inicio del año siguiente en el calendario, en función del tipo de calendario utilizado. La más común es la del 1 de enero ,del calendario gregoriano , que fue instaurado por Gregorio XIII en 1582, y que se utiliza en la mayoría de los países del mundo. Por causa de esta celebración, el 1 de enero es día festivo en casi todo el mundo. En países como China y en el marco de algunas religiones, se celebra otros días del año.
Tradicionalmente, el año nuevo comenzaba el primer día de marzo. Sin embargo, era en enero (el undécimo mes) cuando los cónsules de la Antigua Roma asumían el gobierno, por lo que Julio César, en el año 47 a., modificó el sistema, y creó el calendario juliano. Los romanos dedicaron entonces el día 1 de enero a Jano, el dios «de las entradas, y los comienzos». El mes de enero recibió nombre en honor a Jano, «que tenía dos caras… una que miraba adelante y una que miraba atrás». Con algunas modificaciones realizadas en tiempos del cónsul Marco Antonio 4n el 44 a.C., el emperador Augusto César en 8 a.C. y finalmente por el papa Gregorio XIII en 1582. Dicho calendario se sigue utilizando, y la celebración se ha caracterizado por seguir con el significado religioso que prevaleció durante la Edad Media.
Con la expansión de la cultura occidental al resto del mundo durante el siglo XX, el 1 de enero se convirtió en una fecha de carácter universal, incluso en países con sus propias celebraciones de Año Nuevo (por ejemplo, China). Desde entonces, la del Año Nuevo es uno de los principales festejos del planeta, y en muchos lugares suele iniciar desde la noche del 31 de diciembre del año que termina. Grandes eventos se realizan en las principales ciudades durante la Nochevieja (víspera del Año Nuevo correspondiente al 31 de diciembre), y son acompañadas con los más grandes eventos de pirotecnia.