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Taylor Swift presentó anoche en el festival de cine Sundance, “Miss América” el primer documental sobre su vida íntima. En la cinta, la cantante mostró cómo sus trastornos alimenticios la llevaron a dejar de comer, a tal punto, que no sentía fuerzas para realizar sus conciertos en vivo.
Según informó la revista Variety, Swift detalla en el documental que pensó que “debía sentir que me iba a desmayar al final de un espectáculo, o en medio de él (pero) ahora me doy cuenta que no, si comes alimentos, tienes energía, te fortaleces, puedes hacerlo todo”.
La cinta autobiográfica de la cantante, dirigida por Lana Wilson, comparte los momentos previos a los conciertos, su lado más controvertido, e inclusive, el tumor cerebral que afectó a su madre durante los últimos años.
Además, el filme que será estrenado por Netflix el 31 de enero, detalla el incesante deseo de la estrella musical por ser vista como “una chica buena”, y admite haber sido “entrenada para ser feliz cuando recibía muchos elogios” y que las “palmaditas en la cabeza”, que le daban en señal de aprobación por cómo se comportaba, “eran todo por lo que vivía”.
La cantante acaba de cumplir 30 años y ha demostrado ser una artista de gran peso internacional, tanto así, que Forbes la posicionó como la intérprete que más dinero recaudó durante 2019. Por otro lado, su última participación en la película “Cats“, le ha proporcionado una nominación a los Globos de Oro por canción original.
“Siempre hay algún estándar de belleza que no estás cumpliendo”, dice Swift en el largometraje para explicar que cuando estaba delgada era criticada por no tener un “trasero soñado”, pero que cuando lograba cumplir con ese ideal, entonces la gente la criticaba por su abdomen.
En tanto, en el documental, la voz tras “Shake it off !” afirma que ahora lucha contra el impulso de pedir o aceptar las críticas por su cuerpo, “porque es mejor pensar que pareces gorda que enfermarte”, y evita mirar fotografías de ella misma.