La fuente de esta noticia es: EMOL
Distintas investigaciones han sugerido que practicar deporte de manera regular protege del covid-19. Pero ¿cuánto ejercicio es necesario? Un estudio de la Universidad de Navarra publicado esta semana determinó que 150 minutos de actividad física moderada a la semana o 75 minutos de ejercicio fuerte son suficientes.
El estudio –realizado por investigadores del Hospital Universitario de Navarra (HUN)– concluye que estos minutos de actividad física semanal no solo reducen el riesgo de infección, sino que además protegen de las formas más graves del covid-19: la hospitalización y la muerte.
El análisis de los datos agrupados mostró que, en general, los que incluían la actividad física regular en su rutina semanal tenían un 11% menos de riesgo de infección por el SARS-CoV-2. También tenían un 36% menos de riesgo de ingresar al hospital, un 44% menos de riesgo de enfermedad grave y un 43% menos de riesgo de muerte por covid-19 que las personas físicamente inactivas.
Los autores constataron que el efecto protector máximo se producía a partir de unos 500 minutos de equivalente metabólico de tarea (MET) a la semana, aclarando que hacer deporte más allá de ese tiempo, no supone más protección. Los MET son la cantidad de energía (calorías) gastada por minuto de actividad física, y 500 equivalen a 150 minutos de actividad física de intensidad moderada, o 75 minutos de intensidad vigorosa.
Los autores advierten que esta conclusión se ha basado en estudios de observación y evaluaciones de los niveles de actividad física, y en datos de estudios sobre las variantes Beta y Delta del SARS-CoV-2, pero no del Omicron, lo que podría variar un poco los resultados.
Pese a esta premisa, defienden que hay explicaciones biológicas plausibles que demuestran que el ejercicio regular de intensidad moderada puede ayudar a potenciar las respuestas antiinflamatorias del organismo, así como la aptitud cardiorrespiratoria y muscular, lo que podría explicar sus efectos beneficiosos sobre la gravedad del covid-19.
“Nuestros hallazgos ponen de manifiesto los efectos protectores de realizar suficiente actividad física como estrategia de salud pública, con beneficios potenciales para reducir el riesgo de covid-19 grave”, concluyen los autores.
